Andalucía guarda bajo su tierra un inmenso acuífero musical. No se ve, pero nutre la tierra. A veces surgen manantiales que rompen la corteza de la ignorancia y fluyen un tiempo hasta que se pierden en la inmensidad de la apatía socio cultural reinante. Otra veces, mentes más preparadas no permiten que el manantial se pierda y crean la fuente eternamente anclada en el manantial.
Es la historia. Muchos manantiales perdidos y pocas fuentes.
Este es el tributo a una fuente que no cesa al ser fuente y manantial. Algunos saben de su existencia y se acercan a beber esa agua diferente. Otros que de ella bebieron, conocedores de su valor, tributan, transmiten y divulgan lo aprendido como garantía de que la fuente seguirá viva.